martes, 26 de marzo de 2013

En la calle de la Feria, del Padre Ramón Cué -recitado por Ana Álvarez



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Ay, aquella ventanita
de la calle de la Feria,
donde se asoma la niña
de cutis azul y ojeras,
la niña que mira triste
y está enferma!
Siempre, cuando pasa el palio
verde de la Macarena
se para ante la ventana,
y como es la calle estrecha
saca su brazo de luna
y acerca el palio, y lo besa...
Y en el terciopelo verde
sus labios de rosa seca
dejan temblando un suspiro
junto a los flecos de seda:
-"¡Tú que pasas, Esperanza,
sáname, que estoy enferma!"
Y se cierran los cristales,
y la procesión se aleja,
y en el bordado del palio
una flor más centellea
como los ojos con fiebre
de la niña azul enferma...


Un año más. Viernes Santo.
Ya vuelve la Macarena.
Ya está junto a la ventana
buscando un beso su seda...
Por detrás de los cristales
se asoma la niña enferma...
Pero no sale, le daña
la brisa del alba fresca,
y tras la ventana llora
más azul cutis y ojeras...
En el palio tembloroso
que en el cristal se refleja,
ponen un beso sus labios
cárdenos de rosa seca:
-"¡Tú que pasas, Esperanza,
sáname, que estoy enferma!"
Y se pega a los cristales
su piel de cristal con venas,
y hay un sollozo en el alba
mientras la Virgen se aleja...


Un año más. Viernes Santo.
¡Ya no pases, Macarena!
¡Ya no te espera la niña
azul en la calle Feria!
No hay nadie tras los cristales,
nadie en la ventana ciega,
nadie que te ponga un beso...
¡Ya no pases, Macarena!
Que si al pasar, tus reflejos
en la ventana se espejan,
se quebrarán los cristales
de desilusión y pena,
como se quebró la vida
de la niña azul y enferma...
Ya no hay nadie en la ventana.
¡No pases ya, Macarena!


-"Deja que pase, que pase..."-
(cantó en el alba una estrella.)
"Ella aquí no es Esperanza,
ni yo aquí soy rosa seca.
Ella es toda posesión
y yo rosa fresca, fresca...
Que pase, si en mi ventana
se copia el palio, no temas,
me asomaré a mis cristales
para besarlo, hecha estrella,
y se quebrarán de gozo
como un aplauso en la fiesta..."


Viernes Santo. Madrugada.
¡Pasa, pasa, Macarena!

...

Poema perteneciente al libro "Cómo llora Sevilla..." del sacerdote y jesuita Ramón Cué Romano


3 comentarios:

José Lozano Chica dijo...

Desgarrador, nunca sentí la semana santa como la he sentido escuchando este poema.

José Lozano Chica dijo...

Desgarrador, no soy demasiado creyente, pero al escuchar el poema la piel se eriza y los ojos se humedecen.

BARROSO dijo...

Muchas gracias José por tus palabras, no las merezco. Un fortísimo abrazo.